Servicio ideal para aquellas personas que por la complejidad y características de su problema necesiten y deseen seguir un tratamiento
Tras la contratación del servicio se acordará fecha y hora para la primera sesión y en ella se recogerá la información necesaria para comprender el problema del cliente. Esta información será complementada con auto-registros y cuestionarios para poder diseñar el tratamiento más adecuado al caso.
Se entrena al cliente para ser un buen auto-observador y ser capaz de registrar esas observaciones. Esto permite definir y delimitar el problema, así como los aspectos que lo están manteniendo en el momento actual. De esta forma el cliente aprende a darse cuenta de en qué situaciones ocurre el problema y qué pensamientos y sentimientos lo preceden, acompañan y siguen.
Una vez estudiada toda la información recogida se realiza el análisis funcional del problema y se informa al cliente ofreciéndole una explicación que le permita la comprensión de sus conductas problemáticas.
Una vez que han sido acordados los objetivos terapéuticos se informa de las técnicas que se usarán para conseguirlos y se comienza a aplicar el tratamiento que se ha diseñado.
El cliente tiene un papel activo y trabajará en equipo con el terapeuta sabiendo en todo momento que harán, cómo y para qué.
Las sesiones se van espaciando. Se han producido los cambios deseados y ahora es necesario mantenerlos de manera que el cliente sea capaz de usar los nuevos recursos y herramientas psicológicas en su vida cotidiana sin la ayuda del terapeuta. Se trata de aumentar la capacidad de la persona para detectar situaciones problemáticas y enfrentarse adecuadamente a ellas, reconocer y controlar síntomas e impulsos, predecir las consecuencias de su conducta y en definitiva disminuir las probabilidades de recaída.
Para controlar que este proceso se desarrolla de la forma adecuada se pueden programar sesiones de seguimiento a 1, 3 y 6 meses de finalizado el tratamiento.