Formación y apoyo para padres de deportistas infantiles y juveniles

Contribuye a la consecución de los objetivos individuales de tu hijo y a las metas colectivas del equipo. Tienes un papel importante y debes intentar cumplirlo lo mejor posible,  beneficiarás a todos.

Tu hijo debe tener unos hábitos saludables de descanso, alimentación y de salud en general.

Colabora ayudándole a organizar su tiempo de estudio. Supervisa, premia o corrige su cumplimiento.

Trata de ser siempre un buen ejemplo de educación y deportividad, aún en condiciones adversas.

No quieras hacer de él el jugador que siempre has querido o no pudiste ser.

Permite que realice su labor con tranquilidad. Es lo mejor para todos.

Escuchará tus inquietudes. Infórmale sobre tu hijo (problemas familiares, salud…). Disciplina al niño, si es necesario, para que haga lo mismo y confíe en el técnico.

No cometas el error de estar muy eufórico y verlo todo muy bien ante el éxito y, al contrario, estar pesimista tras la experiencia de fracaso. Ten un comportamiento equilibrado en ambos casos.

Valora la dedicación y esfuerzo que realiza tu hijo en todas sus actividades en general.

Si destaca mucho o es seleccionado, ayúdale a que comprenda que tiene que seguir trabajando. Difícil es llegar, pero aún lo es más mantenerse.

Estos son los tres aspectos que tienes que transmitirle para superar la dificultades.

El positivismo hará que tu hijo rinda más y se sienta mejor.

Si es necesario, busca un psicólogo del deporte, que contribuya a la su formación deportiva y personal y que te ayude a dar lo mejor de ti como padre.

Y sobre todo, recuerda que el deporte tiene grandes beneficios en la formación de la personalidad de nuestros hijos, como el esfuerzo, el trabajo en equipo, la constancia, y perseguir un objetivo común. Que lo disfrute y aprenda a perder que no siempre se gana.